Antes de llegar a Hopkins como estudiante internacional, una de las cosas que sabía que era importante para mí era celebrar mi cultura. Al principio, no estaba segura de cómo se manifestaría eso en Hopkins.
En el campus, encontré muchas vías, como los grupos de afinidad cultural, para celebrar mi origen. Una gran ventaja de la diversidad de la población estudiantil de Hopkins es que es fácil encontrar actividades en las que puedes abrazar tu identidad. Durante el Festival del Medio Otoño, la primera gran fiesta china del curso, mis amigos y yo asistimos a un acto organizado por la Asociación de Estudiantes Chinos. Como era la primera vez que vivía en un país extranjero, no me había dado cuenta de lo reconfortante que era estar donde todo el mundo hablaba chino. Me sentí como si hubieran traído a Baltimore una parte de mi hogar. Jugamos a varios juegos para ganar premios. Algunos de ellos consistían en adivinar canciones chinas o coger pequeños objetos con palillos. En la foto de abajo, verás que también se creó un árbol para que los alumnos colgaran sus deseos.
Mi fiesta favorita de la infancia siempre fue el Año Nuevo Lunar. Era mi Navidad, pero en vez de regalos, recibía dinero de paquetes rojos. En mi casa siempre se celebraba a bombo y platillo. En Hopkins, la Gala del Año Nuevo Lunar me permitió vivir esa misma emoción. Aunque mi familia no estaba allí, pude repetir esa cena especial con mis amigos más cercanos. En China, existe la tradición de ver cada año el programa anual del Año Nuevo Chino por televisión. En la gala, también pude continuar esa costumbre viendo las actuaciones de los grupos de danza y acapella del campus. En todo caso, disfruté aún más del espectáculo porque estaba apoyando a mis amigos y viéndoles celebrar su identidad cultural.
Otra oportunidad increíble que tuve fue celebrar y aprender sobre otras culturas. Después de escuchar las historias de mis amigos sobre cómo les encantó la pista de baile en su primera celebración de Diwali, lamenté perdérmela debido a una competición de juicios simulados. Sin embargo, estos intercambios culturales no sólo ocurren en estos eventos; pueden suceder en una simple cena. Durante el semestre, el padre de mi amiga nos trajo una gran variedad de comida india para que la disfrutáramos. Creo que la comida es una parte fundamental de la identidad cultural y, gracias a esta cena, probé nuevos platos indios que pediré la próxima vez que vaya a restaurantes del campus. Me sentí muy agradecida de que mi amiga compartiera con nosotros una comida tan estupenda y una parte de su cultura.
Estas exploraciones de la identidad también pueden venir de lugares más inesperados. Al final de mi segundo semestre, asistí a un recital de poesía organizado por Blue Jay Poets. Escuchar la poesía escrita por los estudiantes fue otra gran ventana a diversas voces y experiencias.
Ya sea a través de programas formales, organizaciones de afinidad estudiantil o amistades, Hopkins me dio la oportunidad de celebrar las diversas identidades de la población estudiantil. Creo que la universidad es un momento crucial en la formación de uno mismo. Estar en Hopkins me ha permitido dar forma a mi visión del mundo en un entorno que potencia mis raíces culturales y abre la puerta a tantas otras identidades maravillosas. Es gratificante no sólo sentirme elevado en un lugar, sino también ver que otros a mi alrededor experimentan la misma sensación.