Cuando empecé la universidad, no estaba segura de en qué se diferenciarían los exámenes finales de los del instituto ni de cómo me prepararía para ellos. Hay una gran variedad de formatos de examen en la universidad, desde los convencionales de opción múltiple y respuesta libre hasta los ensayos cronometrados en clase y los trabajos de 10 páginas. ¿Te enfrentas a los exámenes finales por primera vez? Aquí tienes algunos consejos que he ido aprendiendo.

1. Explorar diferentes lugares de estudio  

Si te distraes o pierdes la concentración al estudiar, prueba a cambiar de escenario. He descubierto que el espacio de estudio ideal varía mucho de una persona a otra. Si te gusta el ruido de fondo y la conversación, te sugiero el atrio Brody Learning Commons. Si buscas un interior hermoso y silencio, prueba Gilman Hall.

2. Divida su trabajo de forma creativa

En la universidad, me di cuenta de que podía caer fácilmente en la trampa de elegir los finales para los que prefería estudiar y procrastinar los demás. Por eso creo que es importante dividir el trabajo para no dedicar demasiado tiempo a una asignatura. Por ejemplo, ¿tienes un trabajo que te da pavor escribir? Comprométete a escribir al menos una página al día, y pronto tendrás un producto acabado. Otra estrategia que aprendí de un amigo es "hacer girar la rueda". Si te cuesta decidir qué hacer a continuación, coloca tus tareas en una rueda generada por ordenador y deja que el destino tome esa decisión. Así no caerás en el hábito de posponer las tareas que quieres evitar.

Dar vueltas a la rueda para decidir qué hacer a continuación

3. Encuentra tu ritmo 

En vísperas de los exámenes finales, el "estado de flujo" es el codiciado tesoro que todos los estudiantes universitarios buscan desesperadamente. En las universidades con semanas de lectura (días dedicados a estudiar para los finales), puede resultar más difícil mantener la concentración durante toda la semana. Te sugiero que averigües qué tipo de intervalo de estudio funciona mejor para ti. Al principio del semestre, me di cuenta de que darme múltiples descansos entre trabajo y trabajo sólo me distraía y me hacía procrastinar más. Descubrí que estudiaba mejor cuando dividía mi día en una gran parte de repaso seguida de un descanso total.  

4. Acércate a tus profesores y compañeros de clase 

Si tu profesor o asistente tiene horas de consulta, acude a ellas. El mero hecho de escuchar las preguntas de los demás puede ayudarte a descubrir las partes que te faltan. Formar grupos de estudio es otra buena manera de mejorar tu aprendizaje. Estudiar con otras personas es gratificante, porque todos los conocimientos se ponen en común. También sugiero que expliques un concepto o un problema por turnos para fomentar la participación. En uno de mis grupos de estudio, nos turnábamos para resumir cada lectura.  

5. Comunicarse con amigos y compañeros de piso

Durante la semana de lectura y los exámenes finales, tus amigos serán sistemas de apoyo cruciales, así que no tengas miedo de acudir a ellos. Mis amigos planearon quedadas con antelación para asegurarse de que todos tuviéramos un momento para relajarnos. Otro cambio con respecto a los exámenes del instituto es la presencia de tu compañero de piso. Como alguien que necesita dormir antes de un examen importante, creo que sería muy útil que te pusieras en contacto con tu compañero de habitación con antelación para informarle de tu horario de exámenes finales. Esta es una gran oportunidad para colaborar con tu compañero de habitación en un horario de sueño ideal.  

También son consejos que puedes aplicar a tus finales incluso siendo estudiante de secundaria. Aunque a mí me funcionan, ¡es importante que descubras lo que más te conviene!