Por Benjamin

"¿Es más grande que una panera?"

"Sí."

Siempre he sido alto, decididamente alto. Sin embargo, mi curiosidad siempre ha superado mi estatura. Desde muy joven, me hacía innumerables preguntas, desde "¿Cuánto pesa la Tierra?" hasta "¿De dónde viene la lluvia?". Mi curiosidad, manifestada en preguntas como éstas, me ha definido realmente como persona y como estudiante. Por eso no es de extrañar que me quedara embelesado la primera vez que jugué a 20Q (la versión electrónica de Twenty Questions). De alguna manera, un pequeño dispositivo esférico adivinó lo que estaba pensando. La pieza de tecnología despertó mi curiosidad y me inculcó un interés único por el 20Q. Este interés revelaría más tarde valiosos rasgos de mi carácter, al tiempo que establecería un paralelismo con diversas facetas de mi vida.

"¿Se esfuerza por aprender?"

"Sí."

Estaba decidido a descubrir cómo 20Q adivinaba correctamente. Tras investigar un poco, descubrí la inteligencia artificial y, más concretamente, las redes neuronales artificiales, sistemas que aprenden y se mejoran a sí mismos. Esta idea me fascinó. Quería saber más. Leía con avidez, buscando y absorbiendo toda la información que podía. Cuando, años más tarde, tuve la oportunidad, me apunté a la primera clase de programación informática que tuve a mi alcance. Me encontré en un ambiente que me encantaba. Me quedaba después de clase, entraba durante los periodos libres, creaba mis propias aplicaciones y trabajaba con IDE basados en la nube. Apreciaba la libertad y las posibilidades.

"¿Se conduce?"

"Sí."

Después de conocer 20Q, empecé a jugar a Twenty Questions (el tradicional juego de salón) y me propuse rivalizar con la precisión adivinatoria de la inteligencia artificial. Al principio era mediocre. Sin embargo, a base de largos viajes en coche con la familia, competiciones acaloradas pero de buen humor con amigos, estrategia lógica y tiempo, me volví más eficaz. Descubrí los "secretos" del éxito: práctica y perseverancia.

"¿Aplica lo que aprende?"

"Sí."

A lo largo del instituto, apliqué el "secreto" de la práctica a mi carrera como jugador de baloncesto. Pasé incontables horas perfeccionando mis habilidades bajo un calor veraniego de 90º y un frío invernal de 20º, incontables tardes jugando partidos de recogida con mis amigos e incontables fines de semana viajando a torneos de baloncesto AAU. Como resultado, llegué a ser titular en el equipo universitario de mi colegio. Apliqué otro "secreto", esta vez el de la perseverancia, dedicándome a la fisioterapia después de una operación de rodilla para volver rápidamente al fútbol. Más tarde, ese mismo año, me convertí en el primer jugador de mi curso que marcaba un touchdown en el equipo universitario.

"¿Intenta superarse?"

"Sí."

Una vez que adquirí destreza en Veinte Preguntas, reforcé mi determinación de convertirme en maestro. Para ello, necesitaba convertirme en un hábil inquisidor y combinar eso con mi naturaleza analítica y mis habilidades interpersonales, todas ellas vitales para tener éxito en Veinte Preguntas. Como llevaba debatiendo sobre política con mis amigos desde octavo curso, me di cuenta de que el debate podía agudizar estas habilidades. Empecé a debatir con más frecuencia (y más tarde con más eficacia) en las clases de inglés y de gobierno, en la mesa del almuerzo y en las reuniones familiares, y siempre que se presentaba la oportunidad. Esto despertó en mí un interés por el funcionamiento de la política pública y el gobierno, lo que me llevó a asistir al Boys State y a recibir una nominación para el Programa Juvenil del Senado de los Estados Unidos.

"¿Piensa profundamente?"

"Sí."

Hasta ahora, me he dado cuenta de que prosperar en Veinte Preguntas, al igual que en la vida, depende de la tenacidad, la racionalidad y las habilidades interpersonales. He descubierto que, como en Veinte Preguntas, es imposible triunfar siempre; sin embargo, perseverando ante las dificultades y los obstáculos, a menudo se consiguen resultados favorables. A medida que he ido mejorando en las Veinte Preguntas, también lo he hecho en muchos otros aspectos de mi vida. No obstante, me doy cuenta de que aún tengo un margen ilimitado para crecer. Y al igual que en 20Q, seguiré aprendiendo a lo largo de mi vida y aplicando mis conocimientos a todo lo que haga.

"¿Estás pensando en mí?"

"Sí."

Comentarios del Comité de Admisiones

Nos impresionó el formato único que Ben eligió para describirse a sí mismo y las lecciones aprendidas gracias a su interés por la informática. Sin embargo, el estilo creativo del ensayo triunfa gracias a la fuerza de su contenido. Ben simula las 20 preguntas electrónicas para captar la atención del lector y, al mismo tiempo, relaciona eficazmente sus intereses académicos y sus aspiraciones futuras. El ensayo muestra sus versátiles intereses, desde la informática al baloncesto o el debate político, como ejemplos concretos que demuestran su filosofía personal de "práctica y perseverancia". El ensayo nos habla con éxito de la personalidad de Ben, sus intereses académicos y sociales, y sus ambiciones futuras, mostrándonos a un estudiante competitivo que prosperaría aquí.