Las cartas de recomendación son uno de los pocos elementos de la solicitud universitaria que los solicitantes no elaboran directamente. Como complemento al resto de la solicitud, estas opiniones de tus profesores respaldan lo que has dicho sobre ti y aportan un contexto adicional sobre quién eres como estudiante y compañero de clase. Ten en cuenta estos consejos a la hora de solicitar tus recomendaciones.  

1. avisar con antelación.

Antes de plantearte a quién pedírselas, establece un calendario para asegurarte de que tus profesores tendrán tiempo suficiente para escribir sus cartas. El objetivo de estas recomendaciones es que el comité de admisiones se haga una idea de quién eres desde una perspectiva distinta a la tuya, por lo que no debes precipitarte. Dales a tus recomendadores el tiempo suficiente para que puedan redactar cartas meditadas y eficaces. Ponte en contacto con tus profesores al comienzo del último curso para que tengan tiempo de compaginar tu solicitud con sus otras responsabilidades.  

2. empezar con más, luego reducir la lista.

Tu profesor favorito lo es por una razón, y puede que otros piensen lo mismo. Los profesores más populares no siempre tienen tiempo de escribir cartas para todos sus alumnos (¡por mucho que les guste!), así que asegúrate de tener preparados algunos respaldos en caso de que tus recomendadores preferidos no estén disponibles.

3. Da prioridad a quienes te conocen mejor.

Las cartas más convincentes proceden de recomendadores que te conocen bien, independientemente de la asignatura que impartan. Tal vez hayas estrechado lazos con ellos a través de discusiones en clase o hayas pasado tiempo extra resolviendo problemas con ellos fuera de clase (relacionados con el curso o de otro tipo). Estos profesores pueden hablar de tu carácter académico, tu curiosidad intelectual y tu espíritu de colaboración.

Si es posible, piensa en profesores que te conozcan en múltiples facetas. Por ejemplo, elige a uno que no sólo te haya enseñado en clase, sino que también asesore a un club que dirijas o entrene a un equipo en el que estés. Estas personas no sólo pueden hablar de tu carácter académico, sino que también pueden aportar información de primera mano sobre tu implicación en la comunidad.

4. considera tu propio crecimiento.

Uno evoluciona a lo largo del bachillerato, así que es posible que un profesor que tuviste en tu primer año no conozca tan bien la versión actual de ti. En general, es mejor que tus recomendadores sean de una clase a la que hayas asistido en el penúltimo o último año. Si has asistido a más de una clase con un profesor a lo largo de los años, ¡aún mejor! Pueden hablar de cómo te han visto desarrollarte como persona y como estudiante.

5. demuestra tus pasiones.

Aunque las relaciones sólidas deben ser la prioridad a la hora de elegir a tus recomendadores, es útil que el comité de admisiones conozca tu experiencia en temas que te apasionan especialmente. Al menos una de tus cartas debería proceder de un profesor de una de tus asignaturas favoritas. 

Si eres un activista de corazón o te encanta escribir, plantéate pedirle a un profesor de inglés o de ciencias sociales que te escriba una carta. Si te fascinan los datos o cómo funcionan las cosas, habla con un profesor de ciencias o matemáticas. Suelen ser las asignaturas en las que más te desenvuelves, así que estos profesores pueden poner de relieve tus puntos fuertes.

6. No tengas miedo de "presumir".

Incluso los profesores más cercanos no siempre conocen tus diversos intereses, aspiraciones, logros y contexto personal. Para ayudarles a destacar lo que aportarás a la comunidad universitaria, proporciona una "hoja de presumir" con detalles sobre tus pasiones, compromisos y aquello de lo que te sientes más orgulloso. Si puedes, programa una reunión con tu profesor para hablar de estos aspectos destacados y que pueda preparar una recomendación sólida. 

Tenlo en cuenta:

No existe una "talla única". Aunque estas directrices son útiles como regla general, la situación de cada persona es diferente. Quizás tengas más relación con un profesor que te dio clase en curso: ¡no pasa nada por pedirle una recomendación!  

Tu orientador del instituto también puede ser un excelente recurso para orientarte sobre las cartas de recomendación y otros componentes de la solicitud de admisión a la universidad. Mantente en contacto con ellos a lo largo del proceso para asegurarte de que estás completando todos los pasos necesarios, y ponte en contacto con tu orientador regional de admisiones si tienes más preguntas.