En primavera hice un curso llamado "El Festival de Cannes: estudio y excursión de aprendizaje experimental". Durante el semestre estudiamos la historia y la política de los festivales de cine, y aprendí a analizar películas de contextos históricos y culturales que desconocía. Fue una experiencia gratificante y, sinceramente, mi primer contacto con muchas culturas cinematográficas internacionales. Pero lo mejor fue el verano, cuando nuestras clases pudieron asistir al Festival de Cannes, en Francia.
El Festival de Cannes es un acontecimiento al que sólo se puede asistir por invitación, y los estudiantes sólo pueden asistir si su universidad solicita la acreditación. Dicho esto, es realmente emocionante que el departamento de Estudios de Cine y Medios de Comunicación de Hopkins nos ofrezca la oportunidad de aprender sobre cine mundial de forma práctica. Me atrajo el curso porque los festivales de cine no son sólo una celebración del arte, sino también un acontecimiento inherente a la creación de redes. Como persona interesada en la comercialización de películas, conocer en el festival a periodistas, distribuidores y gente del mundo de los negocios me dio una idea del funcionamiento interno de la industria y de sus carreras.
El festival fue también para mí un curso intensivo de cine mundial. Aprendí a familiarizarme con formas de hacer cine que desconocía y a ver películas que probablemente nunca llegarán a Estados Unidos. Una de las grandes lecciones que me llevé del festival fue la de tener una mente abierta a lo que veo. Algunos de mis estrenos favoritos fueron: "Sister Midnight" (dir. Karan Kandhari), "The Apprentice" (dir. Ali Abbasi) y "The Substance" (dir. Coralie Fargeat). Y aunque algunas de las películas que disfruté las he podido volver a ver en cines de Baltimore, "Sister Midnight" no se ha distribuido en Estados Unidos. Fui a ver esa película porque me di cuenta de que la cola para conseguir entradas de última hora no era muy larga. La película está en hindi, y creo que se olvidaron de poner los subtítulos en inglés, así que la vi un poco a ciegas, con la ayuda de los subtítulos en francés, de los que pude entender quizá un 10%. Sin embargo, la cinematografía y la expresividad de las interpretaciones fueron el hilo conductor de la historia, y me encontré riendo y llorando durante todo el metraje.
Durante nuestra estancia en Cannes, tuvimos mucha libertad para decidir a qué actos íbamos. Vi unas 20 películas a lo largo de 10 días y asistí a entrevistas con cineastas, entre ellos el director de "La guerra de las galaxias", George Lucas, y la actriz y directora italiana Valeria Golino.
Pero no pasé todo el tiempo encerrado en oscuros cines. Todas las salas estaban a pocos metros del agua, e incluso hubo proyecciones públicas de películas de reestreno del Studio Ghibli en la misma playa.
A menos que cree una película que llegue a Cannes (crucemos los dedos), ésta ha sido literalmente una oportunidad única en la vida. Cuando tomé la decisión de ir a Hopkins, nunca me habría imaginado que acabaría pasando el verano viendo películas en la Riviera francesa. Esta clase es una de las muchas razones por las que estoy tan contenta de haber decidido ir a Hopkins.
Fotografía: Natalie Wang, '26