Por CAllie

"Esta gente está confundida", me susurró Emily mientras miraba por la ventanilla del coche a las parejas homosexuales que paseaban por las calles del Castro. Me sentí totalmente ofendida por su afirmación, pero le respondí con calma: "Deja que la gente sea como es". Emily y yo crecimos juntas en Texas como amigas inseparables. Durante doce años aquel fue nuestro hermoso hogar, y disfrutamos de cada momento juntas. El verano pasado, Emily visitó por primera vez mi nuevo hogar de cinco años, San Francisco. Fue como si no hubiera pasado el tiempo. Seguíamos riéndonos hasta que la cara se nos ponía roja como un tomate. Seguíamos gritando nuestras canciones favoritas de Taylor Swift como si no hubiera mañana. Nada podía interponerse entre el amor que nos teníamos, ni siquiera nuestras opiniones vehementemente opuestas.

La visita de Emily desencadenó un periodo de crecimiento en el que mejoré el respeto a los valores de quienes tienen un punto de vista opuesto. Ese reto refleja especialmente el estancamiento del clima político actual en Estados Unidos. La polarización extrema impide una colaboración que podría resolver cualquier problema. Incluso en mis experiencias cotidianas, noto la dicotomía extrema. Mis amigos de California estereotipan a mis amigos de Texas. Mis amigos de Texas estereotipan a mis amigos de California. Durante los debates en clase de historia o las bromas durante el almuerzo, observo que estas suposiciones tóxicas producen una atmósfera de desconfianza. Ese aborrecimiento me resulta agotador, sobre todo teniendo en cuenta que he experimentado la belleza de ambos lados por debajo de los estereotipos. El desacuerdo entre perspectivas opuestas es saludable para crear un equilibrio que funcione. Sin embargo, cuando la delgada línea que separa la discusión del odio se difumina, la resolución parece imposible.

Por eso intento escuchar con la mente abierta, aunque me resulte muy difícil. A veces, la adrenalina se apodera de mi cuerpo y me dan ganas de golpear la mesa por la rabia que me produce una opinión. Sin embargo, he aprendido que si reprimo mi lado emocional en un momento de desacuerdo y respondo con calma, mi punto de vista se transmite con mayor eficacia. Cuando la irritación empieza a superar mi capacidad de concentrarme en el punto de vista de otra persona, siempre intento recurrir a mi experiencia de vivir tanto en el Sur como en el Oeste. La gente procede de entornos diferentes. Están rodeadas de culturas y experiencias diferentes. No necesariamente tengo que encontrar validez en los puntos de vista de todos para al menos escuchar sus razonamientos.

Cuanto más imparcial soy, más se desarrollan y matizan mis propias creencias. No tengo nada que perder cuando escucho a mis compañeros. Extraigo pequeños fragmentos de sus puntos de vista para mejorar los míos. Si estoy totalmente en desacuerdo con sus opiniones, utilizo sus contraargumentos para articular una versión más potente de mi postura. El valor de contar mi historia es tan importante como escuchar la de otro. Me encantan los proyectos de grupo en la escuela, donde las ideas y la creatividad fluyen entre la gente. Adoro el final de una carrera de campo a través, cuando todas las chicas de distintos colegios se abrazan y ríen unas con otras. Me encanta estar en un equipo de fútbol, donde el vínculo entre mis compañeros y yo es esencial para lograr el éxito. Apreciar la singularidad y conectar con personajes diferentes aumenta mi propia madurez y profundidad. Quiero conocer gente nueva. Quiero que me desafíen nuevas ideas. Quiero experimentar nuevos lugares. A pesar de nuestras diferencias, Emily y yo mantenemos una relación sana en la que somos capaces de aprender la una de la otra; el reconocimiento de nuestro valor individual nos permite evitar la amargura. Me esfuerzo por seguir mejorando mi capacidad de sentirme cómoda con el desacuerdo para aprender más de mis compañeros. Puede que no siempre acabe estando de acuerdo con Emily, o con otras personas que me importan, pero al menos debería intentar comprender una perspectiva diferente. Sólo entonces podré crear un puente que conecte dos ideas diferentes, permitiendo un mundo más armonioso.

Comentarios del Comité de Admisiones

A través de su redacción, Callie permite al comité de admisiones comprender mejor su enfoque del aprendizaje de nuevas perspectivas. Este ensayo pone de relieve su personalidad y sus valores y nos ayuda a imaginar cómo colaborará con los demás a través de diferentes espacios del campus en un alumnado diverso. Al ampliar su anécdota inicial y hacer que la mayor parte del ensayo se centrara en sus reflexiones y conclusiones, pudimos dedicar aún más tiempo a conocer a Callie.